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miércoles, 30 de marzo de 2011

Como un grano de café. Like a coffee grain.

El oro para ser purificado debe pasar por el fuego. El ser humano necesita pruebas para pulir su carácter. Pero lo más importante es : como reaccionamos ante las pruebas.


 Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y como las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar, parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
 Su padre, un chef de cocina, la llevo a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte.
 Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
 La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Saco las zanahorias y las puso en un bol, saco los huevos y los puso en otro bol, coló el café y lo puso en un tercer bol; mirando a su hija le dijo:
 “Querida, ¿Qué ves?”.
“Zanahorias, huevos y café” fue su respuesta.
 La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y noto que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, luego de sacarle la cáscara observo el huevo duro, luego le pidió que probara el café, ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
 Humildemente la hija pregunto: “¿Qué significa esto padre?”.
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
 La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo, se había vuelto débil, fácil de deshacer.
 El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior liquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
 Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
 “¿Cuál eres tú?, le pregunto a su hija “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?”.
Y.....¿Cómo eres tú amigo?. 
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?.
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido?
Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
 O....¿Eres como un grano de café?
El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tu reaccionas mejor, y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
 ¿Cómo manejas la adversidad? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?.(1)

Es la primera vez que leo esto, pero me ha dejado impresionada. Sabemos muy bien que hay dificultades a cada instante, pero, usualmente nuestra reacción a ellas es de negatividad, de echarle la culpa a otros por lo malo que nos sucede.  El ser humano para ser un poco mejor cada día, debe ser purificado a base de adversidades.

(1) tomado de internet, autor desconocido.

Sara Vásquez, El Salvador. 30 de marzo de 2011.

 

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